Hace una semana que Mara se quedó sin su silla de ruedas adaptada, porque alguien se la robó del patio de su casa en el Barrio 31 de Retiro.
Mara convulsionó cuando escuchó que le robaron la silla de ruedas, su especial dispositivo que le permite movilizarse.
La nena, de 7 años, vive en un primer piso y no tiene movilidad propia. «Ella no siente sus piernas», contó Lorena, su mamá, consternada porque la silla adaptada no aparece.
«La obra social tardó un año en conseguirnos la silla», que cuesta $460 mil.
La familia recorrió el barrio para ver si encontraba el elemento ortopédico de Mara. Difundieron el hecho en redes sociales y hasta comenzaron una campaña para recolectar fondos. «Hicimos una rifa para juntar plata para volver a comprarla, pero no conseguimos mucho», explicó la mamá.
«Mamá, no llores»
«Mara convulsionó cuando se enteró del robo. No le queríamos contar, pero fue inevitable», recordó Lorena.
La nena no puede manejarse en su vida diaria sin su silla: no puede ir a la plaza, no puede ir a sus terapias y no podrá ir a la escuela.
La mamá, afligida, no puede contener las lágrimas por la indignación que le causó el robo. Su hija, con la sabiduría de la inocente infancia, la consuela: «Mamá, no llores. Ya va a aparecer», la consuela Mara.
Si alguien puede colaborar, se puede contactar con Lorena al (011) 5157-2379.
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