En un juicio abreviado, la Unidad Fiscal de Robos y Hurtos I del MPF consiguió que “El Pelao” Gutiérrez fuera sentenciado por el delito de robo por efracción. Se le unificó una pena condicional.
Gustavo Martín Gutiérrez, apodado “El Pelao” (30), fue condenado a cinco años de prisión efectiva a través de un juicio abreviado. Por solicitud de la Unidad Fiscal de Robos y Hurtos I del MPF, que conduce Diego López Ávila, la auxiliar de fiscal, María Paula Bellomio, oralizó el convenio arribado.
“Podemos observar el ámbito en que el hecho ocurrió (el 21 de agosto del corriente año en el barrio Mustafá de El Manantial), es decir, la vivienda que es el ámbito más privado e íntimo que tiene toda persona y la fuerza que utilizó para poder ingresar. Rompió una pared utilizando para ello una maza y mediante violencia contra la víctima se adueñó de sus pertenencias, destacando que se trataba de una mujer sola en plena luz del día”, analizó la representante del MPF sobre la calificación legal (delito de robo por efracción). Al ser reincidente (tenía una pena de ejecución condicional de tres años), Bellomio solicitó la unificación de las penas.
Entre las pruebas valoradas, el juez actuante tuvo en cuenta la carpeta técnica de criminalística donde se observa la distribución de las distintas habitaciones, el lugar por donde ingresó el imputado y el daño en la pared de mampostería. Asimismo, se visualiza que todas las pertenencias fueron removidas.
Con una maza realizó un agujero
El lunes 21 de agosto del corriente año, siendo las 14:00 horas aproximadamente, en circunstancias que la víctima se encontraba descansando en su domicilio ubicado en el barrio Mustafá de El Manantial, el condenado rompió una de las paredes del domicilio con una maza haciendo un agujero por el cual ingresó a la vivienda. Una vez dentro se dirigió al dormitorio de la mujer y le exigió que le hiciera entrega de su dinero ($50.000), sustrayendo también un reloj digital, un celular, relojes de puño y ropa de su hija. Antes de retirarse del lugar ató a la víctima con precintos en sus manos y la dejó en el comedor de la vivienda, huyendo luego con los elementos descritos.