El joven de 19 años recibió una feroz patada en la cabeza afuera del boliche Cyrux en Laferrere y el caso ya genera estupor por su relación con el crimen de Fernando Báez Sosa.

Lautaro Alvaredo tiene 19 años y por un ataque brutal a la salida de un boliche en la localidad bonaerense de Laferrere, que incluyó un golpe en la cabeza, posee muerte cerebral.

Se trata de un joven que apenas terminaba el colegio y que tenía la esperanza de un futuro profesional, ya que quería estudiar administración de empresas. Sin embargo, también hacía de adulto, ya que tenía que trabajar para ayudar en su casa.

Su tía Camila contó que el chico «trabajaba en un local de productos químicos y ayudaba a hacer el reparto, y los fines de semana se encargaba del sonido de los shows que su padre ofrecía en los bares de González Catán”.

El objetivo era uno solo: “Llevar el mango a casa”. A su vez, su familiar, en diálogo con Clarín, mencionó que Alvaredo era una amante de la música, especialmente del cuarteto, género que conocía muy de cerca, debido a que su papá, Diego, tenía una banda.

«Así empezó a acompañar al padre y les daba una mano con el sonido en cada recital que hacían. Empezó a colaborar tímidamente hasta que se convirtió en uno más del grupo, pero debajo del escenario», relató.

Por otro lado, mencionó que Lautaro «se caracterizaba por solucionar los problemas. Siempre estaba dispuesto. Un pibe sano, viste, casero, que resolvía como un adulto. Cuidaba a sus hermanos y los llevaba o pasaba a buscar cuando era necesario».

Al joven le encantaba jugar al fútbol. Hincha de Boca, también tenía cierto fanatismo por los autos, por lo que solía acudir a muestras y exposiciones.

Se trataba de un chico al que no le gustaba salir a bailar. “Era la tercera vez que Lautaro salía a bailar. La condición era que fuera y volviera en un remise, y me lo mataron igual”, dijo su padre este miércoles.

Golpearon en la cabeza a un joven a la salida del boliche y tiene muerte cerebral
Lautaro salió a bailar y recibió una patada en la cabeza durante una pelea afuera del boliche Cyrux en la localidad bonaerense de Laferrere, por lo que sufrió una muerte cerebral.

El fin de semana había decidido salir a divertirse con sus amigos en un boliche, por tercera o cuarta vez, según contaron sus familiares. Dentro del establecimiento, un compañero tuvo una discusión con otro por la rotura de unos anteojos y la pelea continuó afuera del local.

Fue allí cuando Lautaro se metió en la pelea, pero en el medio se cayó al piso y en ese momento recibió una feroz patada en la cabeza que le provocó convulsiones y luego muerte cerebral.

Los últimos mensajes de Lautaro Alvaredo

Lautaro Alvaredo le envió un mensaje a su papá antes de entrar al boliche en Laferrere sin saber que horas después se desencajaría la tragedia que lo dejó con muerte cerebral tras recibir una feroz patada en la cabeza.

«Hola pa. Te venía a decir que acá está todo bien», comienza el mensaje del joven de 19 años, enviado a las 01:47 de la madrugada del domingo.

Siete minutos después su papá, Diego Alvaredo, le responde: «Dale, donde estas?» a lo que Lautaro le explica: «En frente de la plaza Laferrere. Un boliche que se llama Cyrux».

Era la tercera o cuarta vez que el joven salía a bailar con sus amigos ya que la noche suele ser peligrosa y no era tan fanático de esas fiestas. Aun así, la advertencia de su papá, se convirtió en una realidad.

«Bueno cuidate y alejate de los problemas (emoji de beso)», le mandó su papá. «Si dale pa, un beso», la contestó Lautaro. La conversación terminó minutos después cuando ambos se saludan con la idea de que por la mañana siguiente se vean y disfruten de una jornada juntos.

Sin embargo eso no pasó. A la salida del local bailable Lautaro defendió a un compañero y recibió una patada en la cabeza que lo dejó con muerte cerebral.

Ahora, la familia espera qué decisión tomar tras dialogar con el INCUCAI para donar sus órganos.

Acerca del agresor, ya fue identificado. Se trata de Ian Agustín Noguera Galeano, de 19 años. En un allanamiento en su casa, su mamá informó que el joven se fugó con su padre, Rodrigo Antonio Alberto Noguera.

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