Crimen de Benjamín Amaya: Una testigo clave ubicó al imputado en el lugar de los hechos

La relevancia de su testimonio motivó que durante la instrucción de la causa fuese declarada como testigo de identidad reservada. Este miércoles 15 de marzo, la mujer prestó declaración en el marco del juicio que se sigue por el crimen del pequeño Ulises Benjamín Amaya.

La testigo relató que se cruzó con Claudio Alejandro «Cococho» Argañaraz y el pequeño cuando regresaba de la escuela, cerca de las 16:00 horas del 08 de agosto de 2019.

«Yo nunca había visto a esta persona, iba con el niño de la mano, nos cruzamos de frente, después me di vuelta a mirar y vi que ellos nunca salieron a la calle, pienso que se quedaron abajo del puente», aseguró.

La testigo, durante la etapa investigativa, intervino de una rueda de reconocimiento de persona en la que identificó a Algañaraz. Esta vez, en la sala de audiencia, volvió a reconocerlo. «Es la misma persona con la que me crucé», aseguró.

La mujer respondió sin dudas las preguntas de la fiscal Estela Giffoniello, quien fue asistida en esta oportunidad por el auxiliar de fiscal, Pedro Landivar, ambos de la Fiscalía Conclusional II del Ministerio Público Fiscal (MPF).

Otros testimonios

En el marco del debate, ya declaró la médica que practicó la autopsia y otros testigos (algunos de ellos peritos, psicólogos, vecinos y familiares de la víctima y del acusado).

La médica forense Lilia Gordillo practicó el 08 de agosto de 2019 la autopsia al cuerpo del pequeño Benjamín Amaya. Ayer, describió las lesiones encontradas a partir de ese examen. Los signos hallados fueron múltiples, explicó la profesional.

Algunos de los principales fueron un surco de ahorcamiento doble en el cuello, ascendente desde adelante hacia atrás. También se detectaron escoriaciones en el cráneo, en el rostro, en el torax, en la espalda y el abdomen.

En los brazos se objervaron hematomas y escoriaciones. Llamó la atención de la experta una herida contusa en una mano, producto de un golpe, de lo que dedujo que el niño intentó defenderse de su atacante. Otras de esas heridas indicarían signos de arrastre. 

La forense concluyó que el menor: «Sufrió una compresión violenta de cuello mediante una soga o cable, lo que produjo la muerte por ahorcamiento. «Hubo una compresión muy grande, el hueso ioide estaba fracturado por esa violencia. Todas las lesiones indican que murió por asfixia mecánica por ahorcamiento».

La perito afirmó que: «Todas las lesiones fueron vitales. Son de la misma secuencia. Algunas lesiones pueden ser defensivas y otras por caída o arrastre». También aseveró que: «Ante la agresión, el niño trató de defenderse».

El tribunal, compuesto por los jueces Alicia Freidenberg, Guillermo Puig y Patricio Prado, dispuso al final un receso hasta el martes 21 de marzo, cuando el debate ingrese en su etapa final.
 

El hecho

De acuerdo al requerimiento de elevación a juicio, presentado por la entonces fiscal Adriana Giannoni, el 08 de agosto de 2019, entre las 15:00 y las 17:00 horas, Claudio Alejandro «Cococho» Argañaraz, aprovechándose de su relación de parentesco, cercanía y afinidad, mediante engaños, llevó a Ulises Benjamín Amaya, mediante engaños, desde las cercanías de su domicilio en el barrio Jesús de Nazaret, hasta las inmediaciones de autopista de Circunvalación y canal Norte, en El Colmenar, más precisamente a una estructura de un antiguo puente utilizado como cruce peatonal, que se encontraba debajo de la autopista y estaba cubierto de vegetación, recorriendo una distancias de unos 370 metros, donde tomó al pequeño y le pasó por el cuello un cable coaxial y lo colgó de un gancho de hierro que sobresalía de dicho puente. Luego, fingiendo desconocer lo ocurrido, salió simulando la búsqueda del mismo, retardando y obstaculizando de este modo el hallazgo del menor.

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