Un joven de 18 años fue condenado por asaltar a un remisero en San Pablo

Apuntándolo con una réplica de arma de fuego, le robó el celular y $ 26.000. Sentencia mediante juicio abreviado, a un mes de ocurrido el hecho.

En el marco de una audiencia llevada adelante este miércoles, el Ministerio Público Fiscal expuso un convenio de juicio abreviado celebrado junto al acusado Isaías Ángel Achen (18) y su defensa técnica, con la conformidad expresa de la víctima: un remisero. Según pudo probarse, el imputado, usando un arma de fuego falsa, lo asaltó en su lugar de trabajo y le sustrajo pertenencias. Sucedió en la localidad de San Pablo, hace un mes, precisamente el 7 de julio.


La causa estuvo a cargo de la Unidad Fiscal de Robos y Hurtos IV, al mando de Diego Sebastián Hevia, que en esta ocasión fue representado por el auxiliar de fiscal Rogelio Rodríguez del Busto.


El investigador se encargó de presentar todos los términos del acuerdo. Una vez narrado el hecho (ver aparte), describió las pruebas reunidas para probarlo e indicó que la pena pactada es de tres años de prisión condicional por ser hallado autor penalmente responsable del delito de robo agravado por el uso de arma de utilería. A su vez, la condena implica la imposición de reglas de conducta por el plazo de dos años.


Achen reconoció su culpabilidad, en tanto que la jueza declaró admisible y, en consecuencia, resolvió homologar el acuerdo pleno de juicio abreviado.

El asalto

El 7 de julio de 2024, momentos antes de las 15:00 horas, un hombre se encontraba en su lugar de trabajo, en una remisería ubicada en la intersección de calles San Martín y 11, en la localidad de San Pablo, cuando se hicieron presentes dos masculinos. Uno de ellos era Achen, quien le pidió que lo llevara a Lules, pero la víctima se negó y ambos sujetos se retiraron.


Luego, unos veinte minutos después, el acusado regresó a la remisería donde el trabajador estaba solo, se abalanzó sobre él empuñando una réplica de arma de fuego con la cual le apuntó en el estómago mientras le decía: “dame la plata y llevame”. Fue entonces que el remisero, creyendo que se trataba de un arma de fuego genuina, sintió temor por su vida y le entregó $ 26.000 y su teléfono celular.


A continuación, ambos salieron del lugar. Achen guardó el arma en la cintura y cuando la víctima se subió al automóvil para llevarlo, el imputado golpeó el vidrio y salió corriendo. Esta oportunidad fue aprovechada por el hombre para alertar de lo ocurrido al personal policial, que momentos después procedió a la aprehensión del delincuente.

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