El joven piloto argentino de Fórmula 1 fue asociado en los últimos días, tanto en la prensa local como extranjera, con la aspirante a reina soberana de Noruega, Ingrid Alexandra.
La llegada de Franco Colapinto a la Fórmula 1 generó una revolución tanto a nivel local como internacional. El joven de 21 años, que hoy representa a la escudería Williams, tomó al automovilismo por sorpresa e hizo que su nombre estuviera en boca de todos durante los últimos meses. Portales, diarios y revistas se enfocaron tanto en el desempeño del tandilense detrás del volante y en los circuitos de carreras como en su vida personal y amorosa. Tal es así que en los últimos días, como había ocurrido en un momento con la artista Nick Nicole, se comenzó a hablar de un romance entre Colapinto y la princesa de Noruega Ingrid Alexandra.
Las versiones sobre el vínculo amoroso entre el piloto y la integrante de la realeza escandinava comenzaron tras la aparente publicación de un artículo de una revista noruega, Se og Hør, pieza periodística en la que supuestamente se daban detalles del acercamiento entre estas dos figuras. A raíz del revuelo que generó la noticia, y de la que se hicieron eco medios tanto de la Argentina como extranjeros, Se og Hør subió este domingo a su sitio web oficial un artículo en el que enfrenta los rumores a la vez que recopila la extensa cobertura que medios de comunicación -hasta radios y canales de televisión- hicieron del tema.
Además de destacar la infinidad de menciones que se hicieron a Se og Hør la semana pasada, la revista dice desconocer si la hija del príncipe Haakon Magnus y la princesa Mette-Marit tuvo algún contacto con el argentino, y aclara que jamás publicó ni una sola nota periodística en la que se mencionara a Colapinto o su vínculo amoroso con Ingrid Alexandra: “Buscamos en nuestros archivos y nunca hemos escrito sobre este nombre”.
Junto a ello, su editor responsable del medio escandinavo, Ulf A. Andersen, hizo también un descargo en el mismo artículo que se dio a conocer esta tarde (hora de la Argentina): “Es muy divertido ¿La prensa argentina se basó en información de Se og Hør? Creo que es un enorme malentendido. Hasta donde sabemos, Ingrid Alexandra no está con ningún piloto argentino de Fórmula 1. Nunca hemos escrito nada al respecto, como alegan algunos medios argentinos”.
Hasta el día de la fecha, la última pareja que se le conoció al joven piloto de F1 fue Estelle Ogilvy. Ogilvy es una influencer francesa de Instagram y TikTok con más de 100 mil seguidores entre ambas plataformas. En sus publicaciones hace gala de sus outfits, su estilo de vida y sus viajes. Cuando la relación con el oriundo de Pilar no prosperó, la joven decidió distanciarse del argentino y comenzó una relación con otro piloto: Oliver Bearman, quien pertenece a la Academia Ferrari.
Quién es Ingrid Alexandra, la princesa llamada a ser la primera reina soberana de Noruega
Nacida el 21 de enero de 2004, Ingrid Alexandra es la hija mayor de Hakoon Magnus y Mette Merit. Vive en el palacio de Skaugum junto a sus padres y sus hermanos, el príncipe Sverre Magnus y Marius Borg. Es la primera princesa con derecho al trono en 600 años tras la derogación de una ley que impedía reinar a las mujeres en 1971 y la aprobación de la norma de sucesión en 1990. De bajo perfil, la joven de 20 años disfruta de practicar deportes: es esquiadora experta, hace kickboxing y se consagró campeona de surf en la categoría junior en Noruega. Le interesa además la lectura y la música, sobre todo el piano.
Cursó su primaria en una escuela pública y, a diferencia de otras integrantes de la corona de su misma edad, terminó sus estudios en su país, en la escuela secundaria superior Elvebakken. Tiene también formación militar. Ingrid comenzó a tomar protagonismo y estar en el ojo público en 2020, cuando tanto los Reyes como sus padres le cedieron protagonismo y fue la encargada de dar la bienvenida a palacio en Navidad, un acto de suma importancia para la cultura noruega. Un año después, con el objeto de experimentar la realidad que viven muchos jóvenes en el país, tuvo un breve paso como camarera en un conocido restaurante de Oslo.
FUENTE : LA NACION