El Xeneize mereció ampliamente la victoria sobre Palmeiras, pero no pudo concretar las ocasiones que tuvo y tendrá que buscar la clasificación en Brasil.
Sobraron las ocasiones de gol, pero no entró ninguna y en la idea de las semifinales de la CONMEBOL Libertadores Boca y Palmeiras sellaron un amargo 0 a 0. El Xeneize se quedó con gusto a poco y la serie quedó abierta para el choque en Brasil, dentro de una semana.
El Verdao vino a Buenos Aires con un objetivo claro: volver ileso a casa para poder sacar diferencias en su cancha, con el público a su favor. Su plan estuvo varias veces a punto de quebrarse, la pasó mal durante varios minutos, pero pudo resistir los golpes de un rival que jamás logró el tan ansiado gol y se volvió contento a San Pablo.
Después de una semana de pruebas, de aquellos dos equipos planteados en las prácticas, Jorge Almirón se la jugó por el doble 9 y Boca salió a jugar con la dupla Miguel Merentiel y Edinson Cavani. Detrás de ellos, el DT apostó por un medio ofensivo que los nutriera sin desbalancearse en defensa. El objetivo era ganar en casa para ir a defender el resultado como visitante, faltó demasiado poco para poder cumplirlo.
Desde el funcionamiento, la estrategia del DT fue un éxito. El Xeneize fue más, mereció ganar y dominó durante casi todo el partido a su rival, pero nuevamente faltó el gol que plasmara todo eso en el resultado. Lo tuvo Cavani, también Merentiel pero la película volvió a ser la de los últimos partidos: una igualdad con gusto a poco.
De la mano de Valentín Barco, el club de la ribera pasó por arriba a Palmeiras especialmente en la primera parte. Las jugadas fueron tan claras que el cero en el marcador se mantuvo apenas por centímetros. Lo tuvo Merentiel, con un remate cruzado tras una gran asistencia del Colo que pasó demasiado cerca del poste.
En una buena noche de Edinson Cavani, con gran participación en la generación de juego y buenos cabezazos, el delantero uruguayo también estuvo cerca de anotar su gol, pero le faltó el último toque para poder festejar.
En el segundo tiempo, Boca sintió algo del desgaste hecho en la primera parte y, aunque siguió dominando, no fue tan profundo. La más clara se dio a los 68, cuando Barco remató desde lejos, el arquero tuvo una floja respuesta y Cavani no llegó a empujar la pelota.
Buscando renovar al equipo, pero también pensando en el superclásico del domingo, Almirón movió el banco. A la cancha Janson por Barco y Valentini por un tocado Marcos Rojo. Minutos después, Darío Benedetto, Campuzano y Zeballos. Pero la historia siguió por el mismo camino. El Xeneize buscó hasta el final, sin suerte y se quedó con gusto a poco.
La semana que viene, en Brasil todo será distinto, Palmeiras mostrará otra actitud y la serie de semifinales de la CONMEBOL Libertadores se va a definir en una noche que promete ser vibrante.
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