Una mamá denunció que su hija de tres años había sido abusada sexualmente por un chico de 12 en un cumpleaños familiar en una quinta de Carlos Spegazzini. En medio de la conmoción, la denunciante cuestionó a la madre del acusado por “minimizar” lo sucedido.
El hecho ocurrió el fin de semana pasado durante una reunión familiar. En un momento de la tarde, Natalia Ferreyra, madre de la víctima, -según su declaración- entró a la habitación donde su hija dormía y descubrió al acusado abusándola.
La primera reacción de la mujer fue increpar a la madre del chico, que también se encontraba en la fiesta, pero la respuesta que recibió la indignó todavía más
La madre del adolescente dijo que «era producto de la edad, y que él estaba experimentando, que lo disculpara, normalizando un abuso», expresó la denunciante en la dependencia policial, donde formalizó la acusación.
La causa está a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil 1 de Lomas de Zamora, que investiga el caso bajo la carátula de «abuso sexual simple». La denunciante también solicitó que el adolescente y su madre reciban asistencia psicológica.
La fiscalía de menores interviniente solicitó que se lleve a cabo un reconocimiento médico legal, por medio de un protocolo para víctimas de delitos sexuales.
La madre de la menos abusada inició campaña en las redes sociales
Con la consigna «Ayudame a viralizar», Natalia expuso su historia en sus redes sociales, pidiendo ayuda a sus seguidores para difundir su caso para que «ninguna madre más normalice un abuso por producto de la edad».
Allí relata que el 9 de marzo, en el festejo del cumpleaños de su sobrina, estaba en la cocina y a pocos metros de la habitación donde dormía su hija, cuando nota que el menor -hijo de la prima de su papá- entra a ese cuarto.
«Entré dos veces a la habitación para ver si mi hija seguía descansando. La primera vez lo encontré en la esquina de la cama y la segunda vez detrás de la puerta (espiando que nadie entre). Mi instinto de madre me dijo que algo estaba mal, entonces, de repente abrí rápidamente la puerta para ver si algo sucedía, y ahí veo que le había bajado los pantalones a mi bebé de tres años mientras dormía y la manoseaba, mientras se tocaba él mismo», detalla.
Agrega, que «el nene me pidió que no le cuente a la madre porque ya había hablado de esto con ella. Fui rápidamente a decirle a su mamá que dormía muy tranquilamente en la otra habitación. Pensé que lo iba a cagar a palos, explicarle a su hijo que eso no se hacía, pero no, me dijo que era producto de la edad y que él estaba experimentando!!! que lo disculpara!!! normalizando un abuso!!!».