El Ministerio Fiscal pide 12 años de prisión para Abraham Sucar por considerarlo presunto autor del delito de abandono de persona doblemente agravado por el resultado muerte y por el vínculo. La anciana falleció hace un año.
En el marco del caso que investiga las circunstancias de la muerte de María Elena Giménez (77), se llevó adelante la audiencia de control de acusación y admisibilidad de la prueba, con el objetivo de avanzar hacia la siguiente etapa procesal: el debate oral y público. El único acusado es su propio hijo, Abraham Sucar.
“Luego de las medidas investigativas llevadas a cabo desde el inicio, hemos llegado al convencimiento de que tenemos evidencias suficientes como para comprobar en un juicio oral y público la responsabilidad penal del imputado”, aseguró el auxiliar de fiscal, Lucas Maggio, en representación de la Unidad Fiscal de Homicidios I, a cargo de Pedro Gallo y actualmente subrogada por José Sanjuán.
Según apuntó Maggio, la pena pretendida por la Fiscalía es de 12 años de cárcel por el delito de abandono de persona doblemente agravado por el resultado muerte y por el vínculo, en calidad de autor.
A su vez, el investigador adelantó que a lo largo del debate la acusación presentará alrededor de 25 testigos, entre ellos las hijas de la víctima (y hermanas del imputado); personal médico que intervino en distintas etapas de la vida de la víctima; personal del cuerpo médico forense; y técnicos que analizaron el celular de Sucar.
Finalmente, el juez resolvió hacer lugar a lo solicitado por el MPF y ordenó la apertura a juicio oral.
La acusación
Entre abril y mayo de 2024, en circunstancias en que Sucar convivía con su madre en un departamento de calle Laprida al 400 (San Miguel de Tucumán) fue que el imputado, sabiendo que la señora se encontraba incapacitada para valerse por sí misma por su mal estado de salud (desnutrición, deshidratación, presencia de úlceras por presión, infección del tracto urinario, disminución de movilidad, excoriaciones, equimosis y hematomas en diferentes partes del cuerpo, y deterioro clínico) y siendo que tenía sobre su madre el deber de cuidado por su condición de hijo y único conviviente, la colocó en situación de desamparo y la abandonó a su suerte, al no brindarle ni permitir que otros le provean la atención médica continúa y apropiada, ni el manejo terapéutico adecuado e imprescindible que requería para mantener su vida, lo que llevó al óbito el 27 de junio de 2024 por shock séptico y falla multiorgánica.